De nuevo, un concierto de esos que te hacen recordar por qué se disfruta más de la música cuando es en directo y en sala pequeña.

En primera fila (bueno, segunda pero porque no merecía la pena empujarse con más gente), rociado del sudor de los demás que completan el ya de por si empapador tuyo, encantado porque es tu local favorito el que te trae un concierto que en Coachella no pudiste ver, listo para disfrutar a pesar de tan solo conocer 2 canciones …

Y disfrutas. Vamos que disfrutas. No sabes bien si es el long island iced tea o el ambiente de la gente. No sabes por qué hoy no ha sido necesario conocerse las letras ni las canciones. No lo sabes bien.

Pero disfrutas.

Quizá por una predisposición que comenzó ya en Coachella cuando solo los oíste cantar una canción.

Quizá porque los DJs de Popscene te ponen la sangre a hervir entre grupo y grupo.

Quizá no sabes muy bien por qué.

Pero disfrutas.