Sentado en el Stanford Student Film Festival me he dado cuenta de que no hace falta rebuscar mucho cuando de temas interesantes de llevar a la pantalla se trata.
Y es que una vez nos damos al documental -como maravillosamente ha hecho una chica con su corto sobre Haiti- podemos tratar las cosas que de verdad nos importan sin llegar a tener que ser artistas de la narrativa. Este verano pienso rodar un corto documental sobre mi familia. Tendrá capÃtulos sobre todos y cada uno de los componentes principales (mis padres, mi abuela, mis tios, mis primos …) para luego terminar presentando conjuntamente a todos como lo que somos: una familia.
A trabajar, chaval … que luego faltan las ideas para concretar los buenos proyectos.