En una de esas raras ocasiones en las que el destino depara jugadas inesperadas hoy hemos presenciado la derrota aplastante del Sr. D. Arturo Sordo Miralles (aka el Puto Amo) en una partida de “Puerto Rico” …
No ha sido una derrota cualquiera, no. Ha sido una derrota que dejará huella.
En lo que se presuponÃa el Torneo Oficial que pondrÃa al más cowboy de nuestros particulares cowboys prima-donnas cabalgando en la distancia del horizonte de la bahÃa con otra victoria en sus alforjas. Diseñado con dos tableros y partidas semi-final simultáneas para luego presenciar una anticipada gran final entre los super-tacañones del “Puerto Rico” de los últimos años. Bajo condiciones tremendamente favorables que lo emparejaron al Puto Amo con 3 jugadores altamente aleatorios. En esas condiciones sucumbió la bestia.
No solo no ganó, quedó tercero.
Todo el bullshitting del mundo y no poca cantidad de complaining poco pudo hacer al respecto. La derrota, en lo dura que se presentó, fue amarga para incluso los vencedores. La final fue cancelada y no se sabe muy bien si las partidas de “Puerto Rico” habrán muerto con la supuesta imbatibilidad del que se ensalza como primer espada de este juego de mesa. Bueno, de todos los juegos, ¡qué coño!
Dicen las malas lenguas (nunca mejor dicho) que la velada acabó rozando las 4 de la mañana con lágrimas en los ojos de las guapas niñas asistentes. Una pena que yo me tuviera que perder la parte más emotiva de la noche. Esta crónica bien querrÃa acabar con unas palabras que explicasen lo allà luego ocurrido.